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Parecía una persona completamente distinta cuando empezaba a silbar. Se apoyaba en el respaldo, bajaba la ventanilla y la pereza se disipaba alrededor de sus finos labios cuando cerraba los ojos y destensaba casi todos los músculos de su cuerpo.

Durante todo el viaje no había dejado de hablar, girando bruscamente en cada curva del camino, sin quitar el pie del acelerador, riendo de la forma más sádica que había escuchado jamás. Y con esa sonrisa de insana demencia en los labios. Me sorprendía cada día.

La conocía desde hacía dos meses cuando me ofreció el primer trabajo. No tenía que hacer nada, dijo. Mi única labor era sentarme en el asiento del copiloto y vigilar que no se quedara dormida. Si eso sucedía debía despertarla y empujarla al asiento de atrás antes de que nos matara a ambos. Sabía como dejar las cosas claras. Pero nunca había sucedido todavía. Le encantaba conducir, dar vueltas por cada ciudad como una loca fuera de control que ha olvidado el pedal de freno.

Tampoco podía quejarme.

Mi vida sin ella no pasaba de la monótona y aburrida carrera universitaria de cualquier joven de nuestro tiempo. Había tantos puestos de trabajo libres que nadie intentaba estudiar, nadie necesitaba hacerlo y nadie tenía interés en aprender por el placer de aprender. Pero allí estaba ella, sentada casi a diario en la misma silla al frente de la clase, anotando teorías y fórmulas, gráficos y esquemas de pequeños proyectos en los márgenes, como si el mundo no fuese lo suficientemente importante para desviar su atención.

—¿Qué estás pensando, P? - susurró y el escalofrío que me recorrió el cuerpo solamente pudo compararse con lo que sentí la primera vez que vi brillar algo entre su piel y el cinturón de cuero que le rodeaba las caderas.

—Que no conozco tu nombre real, 505.

Sus cabellos se deslizaron casi a cámara lenta cuando volvió su rostro hacia mí y una extraña sonrisa resolvió mis dudas mientras intentaba no preguntarme qué había más allá de sus "espera en el coche" y aquel "no te acerques al maletero" que sus ojos clavaron en mis retinas el primer día que me pagó por adelantado.

2 comentarios:

  1. 505? P? Hola? Yo Marcodefotos! xD Cómo no me escribas algo más... ¬¬ xD :)

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  2. jajajajajajajaja Se me está yendo la olla con tanto misterio. xDDDDDDDDDDD

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